La inmunoterapia alérgica, también conocida como vacuna antialérgica, es el único tratamiento capaz de modificar el curso natural de las enfermedades alérgicas. A diferencia de los fármacos que solo alivian los síntomas (como los antihistamínicos o los corticoides nasales), esta terapia actúa entrenando al sistema inmunitario para que deje de reaccionar de forma exagerada ante los alérgenos.
Según la Journal of Allergy and Clinical Immunology (JACI), la inmunoterapia específica consiste en la administración repetida de dosis controladas del alérgeno responsable, con el fin de inducir una tolerancia inmunológica duradera. Es, en otras palabras, una “reeducación” del sistema inmunitario.
¿Para qué sirve la inmunoterapia alérgica?
La inmunoterapia está indicada en personas con alergias respiratorias (como rinitis o asma alérgica) o reacciones graves a picaduras de abejas o avispas, cuando se ha identificado con precisión el alérgeno causante.
Los alérgenos más comunes tratados con inmunoterapia son:
Ácaros del polvo doméstico
Pólenes (gramíneas, olivo, abedul, ciprés…)
Epitelios de animales (gato, perro)
Hongos o mohos
Venenos de himenópteros (abejas, avispas)
En España, según BioMed Central, la inmunoterapia se prescribe cada vez con más frecuencia, especialmente en pacientes polisensibilizados, bajo supervisión de un alergólogo.
¿Cómo funciona la vacuna antialérgica?
1. Identificación del alérgeno
El primer paso es realizar pruebas diagnósticas (como test cutáneos o análisis de IgE específica) para determinar a qué alérgenos reacciona el paciente.
2. Desensibilización progresiva
El tratamiento se inicia con dosis muy pequeñas del alérgeno, que se van aumentando gradualmente. Esto puede hacerse por vía subcutánea (inyección) o sublingual (tabletas o gotas).
3. Mantenimiento y consolidación
Una vez alcanzada la dosis óptima, se mantiene durante varios años (habitualmente entre 3 y 5 años) para lograr una tolerancia estable.
Durante este proceso, el sistema inmunitario aprende a responder de forma más equilibrada, reduciendo la liberación de histamina y otras sustancias inflamatorias. Con el tiempo, los síntomas se atenúan o incluso desaparecen.
Tipos de inmunoterapia
Tipo | Vía de administración | Frecuencia | Características |
---|---|---|---|
SCIT (Subcutaneous Immunotherapy) | Inyección | Mensual (tras fase inicial) | Se aplica en consulta médica |
SLIT (Sublingual Immunotherapy) | Gotas o comprimidos | Diaria | Puede tomarse en casa bajo control médico |
Ambas vías han demostrado eficacia y seguridad en múltiples estudios clínicos. La elección depende del perfil del paciente, la disponibilidad del alérgeno y la preferencia médica.
Beneficios demostrados
Diversos estudios clínicos (JACI Online, BioMed Central) han confirmado que la inmunoterapia:
Reduce los síntomas de rinitis y asma alérgica
Disminuye la necesidad de medicación
Previene la aparición de nuevas sensibilizaciones
Mantiene su efecto incluso años después de finalizar el tratamiento
En otras palabras, no solo trata la alergia, sino que cambia su evolución.
Efectos secundarios y seguridad
La inmunoterapia alérgica es un tratamiento seguro y bien tolerado cuando se administra bajo supervisión médica.
Los efectos adversos más comunes son locales y leves (picor en la boca, enrojecimiento o inflamación leve en el punto de inyección).
En casos muy raros pueden producirse reacciones más intensas, motivo por el cual las primeras dosis deben aplicarse siempre en un entorno controlado.
¿Cuándo se recomienda?
El alergólogo puede recomendar inmunoterapia cuando:
Los síntomas son persistentes o afectan la calidad de vida
Los medicamentos convencionales no controlan bien la alergia
Se ha identificado con claridad el alérgeno responsable
El paciente desea una solución a largo plazo
Cuanto antes se inicie el tratamiento tras el diagnóstico, mayor será la probabilidad de éxito.
Conclusión
La inmunoterapia alérgica representa un avance real en el tratamiento de las alergias. Más allá del alivio temporal, ofrece la posibilidad de modificar la respuesta del organismo frente a los alérgenos, reduciendo o eliminando los síntomas a largo plazo.
Si alguna vez te has preguntado “por qué mi alergia no mejora con los medicamentos habituales”, esta puede ser la respuesta.
Consulta siempre con un alergólogo para valorar si la inmunoterapia es adecuada para tu caso