Alergia a hongos y mohos. ¿Qué es?
Alternaria, Aspergillus, Fusarium, Penicillium, Cladosporium y Ustilago
Familias de hongos o mohos que frecuentemente provocan alergia a la humedad son Alternaria, Aspergillus, Fusarium, Penicillium, Cladosporium, Ustilago.
Naturalmente no estamos hablando de setas (hongos comestibles) si no de hongos microscópicos que se encuentran tanto al aire libre como en interiores, también conocidos como mohos.
Como los hongos crecen más en condiciones de humedad, a veces se habla de “alergia a la humedad” para referirse a la alergia a los hongos.
Los mohos son uno de los alérgenos más comunes en el planeta. Existen miles de especies de moho, aunque, afortunadamente, sólo algunos son alérgenos.
Estos minúsculos hongos se reproducen y propagan mediante esporas microscópicas que flotan en el aire, como el polen. Estas pequeñas esporas son los alérgenos que, cuando los inhalamos, pueden provocarnos síntomas de alergia. Pero, a diferencia del polen, el moho no tienen una temporada específica de propagación y su presencia en el aire depende principalmente de las condiciones meteorológicas como la humedad, el viento, la lluvia o la temperatura.
Las esporas del moho son muy resistentes y pueden sobrevivir en condiciones ambientales muy variadas. Cada espora que germina genera nuevo moho, y éste, a su vez, puede producir millones de esporas. Una colonia de moho se puede ver como manchas o rayas.
Para crecer, el moho necesita humedad y oxigeno. El moho se encuentra casi en todos los ambientes, tanto al aire libre como en interiores.
Al aire libre, suele encontrarse en zonas o lugares húmedos y sombreados, donde hay hojas en descomposición u otro tipo de vegetación; en la tierra, en la madera que se pudre, donde se apila el abono, en el césped cortado, en las zonas boscosas, etc.
En el interior de la casa, el moho afecta sobre todo a las zonas húmedas, cálidas y poco iluminadas como sótanos, armarios, cuartos de baño, duchas, invernaderos, saunas, refrigeradores y otros lugares donde se guardan alimentos, cubos de basura, alfombras, plantas, aparatos de aire acondicionado, humidificadores, muebles tapizados, almohadas y colchones (sobre todo los de espuma). El moho crece fácilmente en objetos de papel, de cartón, en las tejas del techo, en artículos de madera, en el polvo, en las pinturas y en el tapiz de las paredes, en los materiales aislantes y en los muros. Siendo que el moho necesita humedad para crecer, hay que vigilar sobre todo las zonas donde hay humedad o goteras y los lugares que se hayan inundado.
Síntomas
La alergia al moho puede provocar muchos síntomas, como rinitis alérgica, estornudos, congestión o secreción nasal, dificultad respiratoria, asma, ronchas, erupciones, y picazón en la nariz, el paladar, la garganta, los ojos y los oídos. La mayoría de síntomas afectan a las vías respiratorias, la piel y los ojos.
La gravedad de los síntomas varía de persona a persona.